LA HIDROVÍA PARANÁ-PARAGUAY: EL CORAZÓN GEOESTRATÉGICO DE AMÉRICA DEL SUR

La Hidrovía Paraná-Paraguay, con sus más de 3.400 kilómetros de extensión, representa mucho más que un corredor de transporte fluvial. Es una columna vertebral de la integración sudamericana, un motor económico para los países que la comparten y un campo de disputa geopolítica donde se entrelazan los intereses de actores regionales y globales. Su relevancia no solo radica en el impacto económico que tiene para países como Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, sino también en su papel como eje geoestratégico en un mundo cada vez más interconectado y competitivo.  

La arteria fluvial más importante de la región

Desde una perspectiva geoestratégica, la hidrovía se posiciona como un recurso fundamental para la integración económica y territorial de América del Sur. Este corredor conecta regiones interiores y sin litoral, como Bolivia y Paraguay, con puertos estratégicos sobre el Atlántico, garantizando el acceso a mercados globales. En un continente marcado por enormes desafíos geográficos y desigualdades de desarrollo, la hidrovía se presenta como una solución para superar barreras logísticas y potenciar la competitividad de las exportaciones sudamericanas.

En Argentina, el impacto de la hidrovía es particularmente notable: más del 80% de las exportaciones nacionales -incluyendo granos, combustibles y productos manufacturados- transitan por esta vía. A su vez, la red de puertos que se conectan en la Hidrovía genera un complejo portuario, industrial y ferroviario, que genera cientos de miles de puestos de trabajo indirectos y directos. Por ejemplo, la ciudad de Rosario con su puerto de San Lorenzo, son el epicentro del complejo agroexportador del país, por lo que a través de la hidrovía se conecta con los principales destinos comerciales en Asia, Europa y América del Norte.

Para graficar esta importancia en el comercio exterior argentino, la Bolsa de Comercio de Rosario en su informe del año 2022, estimó que durante el 2021 todos los países que se encuentran en la Hidrovía exportaron alrededor de 100 millones de toneladas de diversas mercancías.

Pero como para Paraguay y Bolivia que tienen zonas sin litoral, la Hidrovía representa su salida a la navegación troncal que los conecta con el transporte marítimo, para vastas zonas de las regiones pampeanas de Argentina y del sudoeste brasilero, se convierte en la mayor vía de transporte para la exportación de productos primarios como manufacturados de sus regiones. Es así que la relevancia de la Hidrovía no se limita a las ciudades que se encuentran aledañas a los ríos que la conforman, sino que desarrolla una vital importancia para zonas alejadas por cientos de kilómetros.

En términos geopolíticos, este vínculo refuerza el posicionamiento estratégico de la región y le otorga a la Argentina -como al resto de países- una ventaja competitiva única en las cadenas globales de valor.

Sin embargo, es a nivel global donde la relevancia geopolítica de la hidrovía adquiere su mayor dimensión. Estados Unidos y China, las dos principales potencias mundiales, han identificado esta vía fluvial como un espacio estratégico para consolidar su influencia en América Latina. Para China, la Hidrovía Paraná-Paraguay representa una pieza central en su estrategia de la Franja y la Ruta, especialmente para asegurar el flujo de materias primas vitales como granos, soja y productos agrícolas que son esenciales para alimentar su población y sostener su industria. Desde 2018, la empresa estatal china COFCO se ha convertido en uno de los principales exportadores de granos desde Argentina, consolidando el uso de esta arteria fluvial como un canal para sus​

Por otro lado, Estados Unidos percibe la creciente influencia china en la región como una amenaza directa a su tradicional hegemonía en el hemisferio. A través del Cuerpo de Ingenieros del Ejército (USACE), Washington ha buscado establecer acuerdos de cooperación con Argentina y Paraguay para mejorar la infraestructura de la hidrovía y contrarrestar el avance chino. El apoyo a empresas como Jan de Nul, históricamente encargada del dragado de la vía, forma parte de esta estrategia para mantener el control de un recurso que es esencial no solo para la logística regional, sino también para la seguridad.

La hidrovía también es crítica por su capacidad para integrar el comercio interior y exterior de América del Sur. Desde el Cono Sur, conecta regiones interiores como Bolivia y Paraguay con los principales mercados globales, movilizando más del 80% de las exportaciones argentinas y representando un nexo vital para países sin litoral. El transporte eficiente que ofrece esta vía resulta especialmente estratégico en un contexto global donde las cadenas de suministro enfrentan pres​iones significativas.

El futuro de la Hidrovía Paraná-Paraguay dependerá de decisiones clave que involucran no solo intereses nacionales, sino también dinámicas internacionales que han transformado este corredor en un espacio de disputa por el poder global. La resolución de estas tensiones y la promoción de un enfoque sostenible serán fundamentales para consolidar su papel como eje de integración y desarrollo en la región.

Dimensiones Ambientales y Sociales: la Hidrovía como Ecosistema Estratégico

Desde una perspectiva geoestratégica, no puede obviarse el papel de la hidrovía como un sistema hídrico esencial para la Cuenca del Plata, una de las regiones más biodiversas y productivas del planeta. Los humedales que la rodean proveen bienes y servicios ecosistémicos de enorme valor, como la regulación climática, la provisión de agua potable y el soporte a la producción alimentaria. Sin embargo, el desarrollo intensivo de la hidrovía ha generado impactos negativos acumulativos, incluyendo la degradación ambiental, la pérdida de biodiversidad y la erosión de la calidad de vida de las comunidades ribereñas.

En este contexto, garantizar la sostenibilidad de la hidrovía es crucial no solo para preservar su funcionalidad económica, sino también para proteger los recursos naturales que sostienen a millones de personas en la región. La implementación de un enfoque de gobernanza integrada, que incorpore a los municipios ribereños y promueva la gestión sostenible de la cuenca, es una necesidad imperiosa para el futuro de este corredor estratégico.

Modernización y Futuro: una decisión en clave geopolítica

La reciente convocatoria del gobierno argentino a una licitación internacional para la modernización de la hidrovía refleja la intención de potenciar su competitividad y adaptarla a las exigencias del siglo XXI. No obstante, este proceso plantea interrogantes geopolíticos y estratégicos de gran relevancia. La elección de los nuevos concesionarios no sólo determinará la eficiencia y sostenibilidad de la vía, sino que también influirá en la distribución del poder y los beneficios económicos en la región.

Más allá, también podrá desatar complicaciones diplomáticas no deseadas para una nación que está creando un nuevo dogma de política exterior alineado con las “potencias occidentales”. Al abrir este proceso licitatorio, seguramente empresas con terminales en el estado chino estarán deseosas de poder acceder al negocio fluvial más importante de América del Sur, y Estados Unidos no estará deseoso que el gobierno chino tenga injerencia en este sector económico pero además geopolítico tan importante, en una región próxima a su territorio.

Es esencial que Argentina, como principal gestor de la hidrovía, adopte un enfoque estratégico en estas negociaciones, priorizando la transparencia, la equidad y la sostenibilidad, evitando caer en presiones o en tentaciones disruptivas que pueden comprometer al sector económico más competitivo y diversificador de su golpeada economía. Además, debe equilibrar sus intereses nacionales con la necesidad de cooperación regional e integración internacional, factores clave para consolidar su liderazgo en América del Sur.

La Hidrovía como reflejo del siglo XXI

La Hidrovía Paraná-Paraguay no es solo un corredor fluvial: es un símbolo de los desafíos y oportunidades que enfrenta América del Sur en un mundo en constante transformación. Desde su impacto económico hasta su papel en las dinámicas geopolíticas globales, esta arteria estratégica encapsula las complejidades de la gobernanza, la integración regional y la sostenibilidad en el siglo XXI, más aún, cuando estamos viviendo una crisis surgida al calor de las disputas que se crean ante un cambio, o al menos, un quiebre del sistema internacional de orden liberal instaurado después de la segunda guerra mundial.

Como licenciados en Relaciones Internacionales, consideramos que el futuro de la hidrovía dependerá de la capacidad de los países involucrados para equilibrar intereses divergentes y construir un modelo de desarrollo que combine eficiencia económica, sostenibilidad ambiental y defensa de los intereses nacionales. Solo así podrá la hidrovía consolidarse como un verdadero puente entre el presente y el futuro de América del Sur.

Leonel De Ruba, es Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de Salta (UCASAL), es miembro y secretario-coordinador del Instituto de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de UCASAL. Es además, miembro del Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales (CEERI) en calidad de investigador y escribe en diversas páginas de internet de divulgación de asuntos internacionales como GEOPOL 21 y United Explanations.

Adrián Ojeda, es Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de Salta (UCASAL), Magíster en Gobierno Local (Universidad Nacional de Quilmes), Diplomado en Integración Ciudadana, Fronteras y Mercosur (Instituto Social del Mercosur. Es además, miembro y vicedirector del Instituto de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de UCASAL. A su vez, es Profesor Universitario en la Cátedra de Economía Política de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste.

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